¿Qué es?
El cine de serie B son películas de bajo presupuesto, en principio, modestas en pretensiones y calidad, aunque muchas supieron sacar el máximo rendimiento a sus escasos recursos y hoy en día son consideradas películas de culto o incluso obras maestras.
Desarrollo del término
Entre estas últimas podemos destacar “Yo anduve con un zombie (1943)” o “La invasión de los ladrones de cuerpos (1956)“. Entre las películas de serie B podemos destacar “Serpientes en el avión (2006)” o “Sharknado (2013)“.
Orígenes y características
Las películas clase B fueron una respuesta de los estudios de Hollywood a la caída de audiencia experimentada durante la Gran Depresión, después del crack económico que sufrió Estados Unidos en 1929. Por esos años, el cine estadounidense había creado una economía e industria muy especializadas.
Ya en los años 20 aparecieron el sistema de estudios (studio system), el sistema de estrellas o star-system y el cine de géneros cinematográficos. La llegada del cine sonoro confirmó el oligopolio cinematográfico, absoluto control del mercado por parte de un limitado número de empresas, las llamadas Majors: Warner Bros, Metro Goldwyn Mayer (MGM), Paramount, RKO, 20th Century Fox, Universal Studios, y Columbia Pictures.
Sistema de estudios y clase B
Los tres polos que caracterizaban a la industria en esos tiempos eran el studio system, el star system y el cine de género, que aseguraban la maximización de los beneficios al menor coste.
Las empresas se esmeraban en controlar la producción, la distribución y la exhibición; esta última era la más importante. Sin embargo, la caída de la audiencia a las salas, a causa de la depresión económica de 1929 en Estados Unidos, obligó a las Majors a reformular su sistema.
Sistemas de función doble
Entonces comenzaron a presentar funciones dobles además de los estrenos. En la primera gira, una película era exhibida en teatros especiales de estreno. La entrada costaba más cara que en cualquier otro cine (entre $ 1 y 1,25). En las giras siguientes, el precio de la entrada iba disminuyendo (entre 40 y 75 centavos), a fin de captar al público que no podía asistir al estreno.
Además, se comenzó a ofrecer una segunda función que constaba de películas clase B. El período que pasaba entre una gira y otra, es decir, el reestreno en salas menores, se llamaba despeje. Y así las giras solían repetirse, y en películas tan populares como, por ejemplo, “El último refugio“, la gente podía ir a verlas en una cuarta gira, en la cual ya sólo pagaba 25 centavos por la entrada.
Con esta estrategia, los estudios garantizaban a sus cadenas de salas los beneficios más elevados, ya que negaban a las salas independientes la posibilidad de presentar películas cuando ellas lo desearan. Así, las Majors optaron por comenzar a pasar dos películas al precio de una.
La segunda sería una película de bajo presupuesto, lo que transformaría a la principal atracción en película de clase A, y a la suplementaria en película de clase B, una tipología adoptada por los propios estudios y generalizada a través del tiempo.
Hacia 1935 las principales cadenas de cines habían adoptado este sistema de función doble. Al año siguiente, el 75 por ciento de los cines habían adoptado el sistema de doble función.
Para esto, todos los grandes estudios habían formado sus unidades especiales que se dedicaban exclusivamente a producir películas clase B, manejadas por productores que conocían cada aspecto del cine de bajo presupuesto. Como ejemplo cabe citar la creación del departamento de cine clase B de la RKO, que a comienzos de la década de 1940 puso a cargo de ese departamento a Val Lewton.
La primera película en salir fue “La mujer pantera (1942)”. Su inversión fue de apenas 130 mil dólares, y alcanzó a recaudar tres millones.
Lewton había convocado para esta película al director Jacques Tourneur, con el que hizo tres películas más con el mismo modelo y con las que recaudó sumas similares. Luego siguió realizando películas ya con otros directores, pero todas ellas con similar éxito. Así lo hicieron los demás estudios.
Cada uno tenía su plantel de actores, directores, guionistas y técnicos, especialmente dedicados a producir películas clase B.
Seriales
Los estudios no sólo producían estas películas de segunda función, sino que crearon los seriales, que también eran regidos por el sistema de clase B. Estos aparecieron a comienzos de los años cuarenta (algunos estudios como Universal ya los emitían desde los años treinta, y algunos incluso antes), y eran películas que constaban de diez a quince episodios.
Cada cine tenía su héroe especial al que los espectadores elegían seguir hasta el final de la serie. Estaban especialmente dirigidos a los niños, que podían ver las aventuras de Dick Tracy, el Cisco Kid, Hopalong Cassidy, Roy Rogers, Buck Rogers, Flash Gordon, etc. Los seriales murieron también con la llegada de la televisión en los años 50.