El rodaje de una película implica que técnicos, actores y demás profesionales del cine convivan durante varias semanas las veinticuatro horas del dia. Personas que jamás se han visto deben trabajar codo con codo intensamente y, en el caso de los actores, representar en los platós escenas íntimas o simplemente fingir amores eternos en bien de un producto que llegará a las pantallas de todo el mundo en forma de película.
En los rodaje nacen fuertes lazos de amistad y camaradería e incluso grandes historias de amor y amistad que marchan paralelas a las ficticias que nosotros veremos en las salas. Pasando por alto los lógicos roces inevitables en cualquier grupo, se han dado casos donde los rodajes de las películas se llegaron a convertir en verdaderos infiernos en los que invídias, rencores y enemistades entre los integrantes del equipo salieron a la superficie de forma turbulenta.
En la historia del cine existen multitud de casos, la mayoría convenientemente ocultados por los propios interesados que no tuvieron más remedio que enterrar el hacha de guerra una vez embarcados en la promoción de la película. Otros, sin embargo, salieron a la luz pública, dejando sus vidas algo deterioradas. Ahora repasaremos algunos casos en los que el plató dejó de llamarse así y pasó a ser un auténtico y tormentoso campo de batalla donde el “todo vale”, se erigió en norma de comportamiento.

LA NOCHE DE LA IGUANA, UN RODAJE ALTA TENSIÓN
Empezamos por lo tanto con los entresijos de los rodajes y curiosamente uno de los rodajes que, a priori, más papeletas ha tenido para convertirse en un escaparate de rencores y envidias entre los actores fue el de La noche de la Iguana (1964) de John Huston. Richard Burton, Ava Gardner, Deborah Kerr y Sue Lyon eran sus protagonistas, a los que se sumó Elizabeth Taylor, esposa de Richard Burton que se empeñó en acompañar a su marido a Puerto Vallarta, lugar donde se rodaría el filme.
El revuelo que levantó la llegada de todo el equipo al paradisíaco rincón de México puso en alerta al realizador y, ante el temor de lo que se le podía venir encima, regaló un arma a cada uno de los actores. Cada pistola tenía cuatro balas de oro grabadas con el nombre de cada uno de los otros, semejante comienzo, definido por Deborah Kerr como “el inicio de una novela de Agatha Christie”, anunciaba todo un festival de chismorreos y pronto se agolparon en el lugar más reporteros ansiosos de algún tipo de noticia de lo que nunca se había visto.

Tales expectativas venían confirmadas por el conocido temperamento de las estrellas y, sobretodo, porque algunas de las actrices habían compartido años atrás amantes. Finalmente no pasó nada pero se montó una muy gorda al ver la gran tirantez que hubo durante todo el proceso de rodaje.
De todos es sabido amigo, o al menos los que trabajan este mundo del cine y de la interpretación, que las estrellas de cine suelen ser personas de fuerte personalidad y elevado divismo. Por eso, algunos rodajes donde han participado actrices de renombre se desarrollaron, por culpa de sus exigencias y caprichos, en el más absoluto caos.
BARBRA STREISAND UNA VOZ PRODIGIOSA CON TEMPERAMENTO
Un ejemplo claro de actriz talentosa y problemática es el de Barbra Streisand. Durante su participación en el filme dirigido por Gene Kelly, Hello Dolly (1969), la cantante intentó por todos los medios imponer sus ideas y hacerse con las riendas del rodaje. Sus intromisiones llegaron a tal punto, que un día Kelly abandonó el plató harto de ella y le dijo al productor Ernest Lehman que rodase él la película.
El protagonista masculino de la cinta, Walter Matthau, también terminó hasta las narices de ella y fue a quejarse al mismísimo jefazo Darryl F. Zanuck, pero el todopoderoso presidente de la Fox le no le hizo caso. En conclusión, el socarrón de Walter Matthau, por cierto gran actor de comedia, no se dio por vencido y optó por otra estratagema, y como la profunda enemistad entre él y la actriz cada vez era mayor, se dedicó a lanzar comentarios desagradables en las pausas y incordiando en todo momento.
“ Me gustaría ayudarte, pero la película no se llama Hello Walter”
Darryl F. Zanuck-Presidente de la Twenty Century Fox
Bueno esta actriz tuvo más problemas en rodajes, en la película de Ha nacido una estrella (1976), debido a la meticulosidad de la actriz, pasaron hasta catorce guionistas, y tardaron dos años y medio en ponerlo en pie, y se gastaron seis millones de dólares. Todo eso para que la película se llevase un tremendo varapalo en la taquilla.
El crítico Rex Reed dijo “han pasado tantas personas por este filme que no sé a quien condenar”. Incluso la actriz acabó hasta las narices también de sus compañero de reparto Kris kristofferson con sus continuos retrasos y en otras ocasiones porque aparecía borracho como una cuba, exclamando cosas como “canta como una búfala pariendo y es megalomaníaca y egocéntrica”.

John Peters, famoso peluquero de Hollywood y amante de la actriz se entrometió de tal forma en el proyecto que los compositores de las diferentes canciones del filme se liaron a tortas con él, y el director, Frank Pierson declaró hacia la midad del rodaje “no he estado más cansado desde que combatí en la II Guerra Mundial”.
Esta mujer no me gustaría tenerla en un rodaje, no sé que edad tiene pero está claro que ha sido una gran actriz e incluso directora, a pesar de prodigarse muy poco, además de una brillante cantante, pero su pasado en lo que a interpretación se refiere, la historia no la deja muy bien.
FAYE DUNAWAY Y JAK NICHOLSON, PAREJA EXPLOSIVA
Faye Dunaway, por ejemplo, convirtió el plató donde Roman Polanski director de La semilla del diablo y El Pianista entre otras obras maestras, rodaba Chinatown en un absoluto infierno. Entre ella y el co-protagonista Jack Nicholson acabaron con la paciencia del director con sus continuas peleas. Mientras ella daba la lata a peluqueros y maquilladores para que la sacasen lo mejor posible y acosaba a Polanski para que le explicase las motivaciones de su personaje.
“Las motivaciones son el dinero que te pagan y ahora déjame en paz”.
Roman Polanski
Jack Nicholson pasaba de ella completamente y se iba a ver partidos de baloncesto por televisión a un rincón del plató, por cierto, afición por la cual ha seguido manteniendo toda la vida como aficionado de los Lakers. El director viendo que pasaba de la situación, ante el cabreo cogió en una ocasión y le rompió el aparato ante un ataque de furia.
A Barbra Streisand y Fake Dunaway podemos añadir el caso de Katharine Hepburn. Durante la filmación de De Repente el último verano (1959), filme dirigido por Joseph Leo Mankiewicz, director también de otra joya como fue Cleopatra. Pues el director y la actriz se declararon la guerra literalmente.

Ella estaba molesta porque sabía que él se había inspirado en su persona para componer algunos rasgos de Margo Channing, la protagonista de Eva al desnudo, y porque desde el principio odió la película y al personaje creado por Tennesse Williams. Así que al terminar el rodaje la actriz se acercó al director y le escupió en la cara.
BETTE DAVIS, APODADA LA LOBA
Pero quizás la Loba más temida en los platós fue Bette Davis. Tuvo una gloriosa rivalidad con Miriam Hopkins durante el rodaje de Old Acquaitance (1943). Odiadas enemigas desde los tiempos en que las dos compartieron escenarios teatrales, entre toma y toma se acusaron de robarse maridos, se pelearon con saña y Bette Davis tuvo privilegio de dar la última palabra a la confrontación cuando declaró “Miriam es una cerda. La detesto”.

La equivalente a Bette Davis en el cine moderno es Debra Winger, una actriz que su sola presencia en un estudio hace soltar chispas hasta en los focos. La borrascosa actriz tuvo un fuerte encontronazo con Shirley MacLaine durante el rodaje de la oscarizada, La fuerza del cariño (1983). “Mis peleas con ella fueron terribles -declaró Debra Winger- aunque dicen que estaba drogada, lo que ocurre es que detesto el narcisismo”. Sin embargo Shriley Maclaine no fue tan dura con su compañera y le definió diciendo, “cuando Debra ríe, hasta los océanos tiemblan”.
Pero para guerras internas, la que mantuvo Debra Winger con Robert Redford en el plató de Peligrosamente juntos (1986). Ella hacía de su pareja en el filme y tuvieron una relación angustiosa que hizo del rodaje un infierno.
“No me quería en la película. De entrada, la antipatía fue mutua. Tardaba el doble de tiempo en salir de su caravana y comenzar a rodar sólo para fastidiarme. Lo malo de Robert es su enorme egocentrismo”.
Debra Winger
La verdad es que cuando se dice que entre dos actores hay química es porque, una vez aparecen juntos en una escena, se establece entre ellos una especie de halo mágico que traspasa las pantallas. Humphrey Bogart y Lauren Bacall tenían química, no cabe duda. Sophia Loren y Marlon Brando no. El americano y la italiana se vieron las caras en La Condesa de Hong-Hong (1966) y el resultado fue catastrófico. Dirigió Charles Chaplin que llevaba diez años sin rodar y tenía sesenta y seis años, demasiados para servir de árbitro en una auténtica pelea de divos.

SOPHIA LOREN Y MARLON BRANDO CHOCARON DESDE EL PRINCIPIO
Sophia Loren era un actriz profesional y meticulosa, Marlon Brando era impuntual y desastroso y, además, llegaba todos los días con resaca al plató. No se podían soportar y el director tenía que recordarles constantemente que estaban rodando una historia de amor. por eso la mejor interpretación de Brando fue en la escena en la que llamaba a su compañera “¡vulgar ramera!”. Finalmente el día del estreno la actriz no fue al estreno en Londres sólo por no encontrarse con él.
Volvemos otra vez con Bette Davis, y su pesadilla como fue el caso de Errol Flynn, el gran actor del magnífico filme Robin Hood. Fue en el rodaje de La vida privada de Elizabeth y Essex (1939), y como ella quería de compañero de reparto a Laurence Olivier y no lo consiguió, se enfrentó abiertamente con Errol Flynn, además de que ya tenían antiguas rencillas desde hacía tiempo. Así que el arrogante actor bostezaba cuando la cámara no el enfocaba, la pellizcaba en el trasero a la primera de cambio y la dedicaba gestos groseros, pero ella no se durmió en los laureles y terminó amenazando con pegarle un puñetazo. Lo que pasaba en realidad es que a Flynn la película no le interesaba lo más mínimo.

Otra película importante fue La Dolce Vita (1959), cuando el director Federico Fellini organizó una cena para que los protagonistas, Marcelo Mastronianni y Anita Ekberg, se conociesen, no podía imaginar que lejos de caerse bien, su encuentro iba a resultar un desastre.
El actor italiano declaró, “no he sido tratado con tanta dureza desde que un soldado alemán me empujó al interior de un vagón durante la ocupación nazi”. Y es que en esa desastrosa cena fue donde a Matroianni le empezó a asquear todo lo referente a la actriz sueca, asco que se prolongó con más dureza durante el rodaje.
ROBERT REDFORD Y MARLON BRANDO DOS PESOS PESADOS
Continuamos con Robert Redford y Marlon Brando, pero estos dos actores tienen, a parte de las ya nombradas películas, dos buenas razones para seguir hablando de ellos. Mia Farrow, y Vivien Leigh tuvieron problemas con ellos respectivamente. Durante el rodaje de El Gran Gatsby (1974), Redford y Farrow tuvieron muchos problemas hasta tal punto que ella dijo,
“Se cree el mejor actor del mundo y subestima a todos los demás, especialmente si son mujeres”.
Mia Farrow-Actriz
En cuanto a Marlon Brando, lo suyo con Vivian Leigh, ya de por sí una actriz problemática, en el rodaje de Un tranvía llamado deseo (1951) empezó mal desde el principio. La intérprete inglesa era una mujer obsesionada con la limpieza hasta el punto que durante el rodaje de Lo que el viento se llevó (1939) obligaba a Clark Gable a cepillarse los dientes antes de cada escena de amor y en el rodaje de El barco de los locos (1965) se enfureció con Lee Marvin por que su aliento olía continuamente a licor.

Precisamente fue por ese motivo, por la limpieza corporal, por lo que Brando y ella no se entendieron. Esta es la primera y última conversación amigable que mantuvieron las dos estrellas y fue durante un almuerzo en el comedor de Jack L. Warner antes del inicio del rodaje, y cito palabras textuales:
- Brando: ¿ Siempre llevas un perfume tan fuerte ?
- Vivian Leigh: Me gusta oler bien, ¿ a tí no ?
- Brando: ¿ A mí ?, lo único que hago es lavarme, de hecho ni tan siquiera entro en la bañera, arrojo un salivazo al aire y luego paso corriendo por debajo.
Esa fue la última vez que hablaron amigablemente a partir de ahí ya no se tragaron el uno al otro nunca más.

Nos vamos a los años noventa donde hubo dos dos actores que trabajaron juntos y, de dejarles, se hubiesen liado a bofetadas, éste puede ser el caso de Sliver (1993). Sus dos protagonistas, Sharon Stone y William Baldwin, no se podían ni ver y terminado el rodaje, juraron, cada uno por su lado, que nunca jamás volverían a trabajar juntos.
HUMPHREY BOGART PELEADO CON EL MUNDO
Humphrey Bogart en cambio no no se llevó nada bien con Audrey Hepburn, una gran y bella actriz, que durante la filmación de Sabrina (1944) de el gran Billy Wilder. El actor detestaba profundamente al director y, por extensión, a la protagonista femenina y a William Holden, el tercero en discordia. Holden, Wilder y Hepburn se llevaban estupendamente y todas las tardes se reunían los tres para charlar y divertirse con las ocurrencias del genial director.
A esas fiestas no estaba invitado un malhumorado Bogart, al que no le gustaba la película porque nunca entendió la historia y, sobre todo, nunca supo quién de los dos personajes masculinos se terminaría quedando con la chica. El actor pensaba que en esas reuniones los tres amigos conspiraban contra él y cambiaban el guión sin consultarle, llegó a decir repetidas veces “esos bastardos no me invitaban”. Y sobre la gran actriz llegó a decir “no está mal, si no te importa rodar una escena una docena de veces”.


Tenemos un grupo de actores y actrices que no necesitan tener como pareja a alguien molesto a su lado para dar problemas y fastidiar durante un rodaje hasta el punto de sacar de quicio desde el director hasta al encargado del atrezzo. En este bloque tenemos a Marilyn Monroe y Montgomery Clift, ambos son los que copan lo más alto del podium.
La primera acabó con la paciencia de Billy Wilder, Jack Lemmon y Tony Curtis durante la filmación de la espléndida película, Con faldas y a lo loco (1959). Tony Curtis la odiaba, Jack Lemmon se hartaba cada vez más de que siempre llegase tarde al plató y tuviese a todo el equipo esperándola y Wilder no podía soportar las continuas intromisiones de Arthur Miller, marido de la actriz por aquella época, en el rodaje.

El director lo explicó de la siguiente manera: “llegaba siempre tarde y allí nos tenía a nosotros esperando. El presupuesto subía como un cohete, la relación entre los miembros del reparto se deterioraba y yo estaba al borde de una crisis nerviosa”. Resulta que años más tarde, Marilyn Monroe volvió a crear problemas en el rodaje de Vidas Rebeldes (1961). La estrella rubia no se entendió bien con John Huston, el director. Ella dijo de él: “me gustaría que me dedicara la misma atención que a esas tragaperras”, refiriéndose a su adicción a las máquinas de juego.
En el rodaje de una escena Montgomery Clift, preso de la excitación, se dedicó a darle golpes a Clark Gable y éste, que padecía de la espalda, le agarró del cuello y le amenazó con partirle la cara si seguía haciéndolo. Clark Gable, para completar el panorama de conflictos, pensaba que a Huston le importaba un rábano el trabajo de los actores y que no se preocupaba lo más mínimo en evitar que éstos saliesen dañados en las escenas de acción, el actor confesó: “le da igual si vivimos o morimos”.

Siempre se ha dicho que los niños suelen ser actores muy naturales pero compañeros de reparto insoportables. Con la misma eficacia que se mueven ante las cámaras, incordian en las pausas del rodaje. Greta Garbo trabajó con Freddie Bartholomew, uno de los niños de la Metro por excelencia, en Anna karerina (1935) y el resultado del encuentro lo puede explicar la propia actriz Greta Garbo: “Ese horrible monstruo de Bartholomew ¡ qué pesado estaba en Anna Karenina!, ¡fue un fastidio actuar con él!.
ALFRED HITCHCOCK Y SU OBSESIÓN CON LAS RUBIAS
Tenemos otros casos que entran en el terreno de lo sexual, por ejemplo el gran director Alfred Hitchcock descubrió a Tippi Hedren en un anuncio de TV y enseguida supo que en ella había encontrado a la sustituta de su adorada Grace Kelly. Pero el maestro se obsesionó de tal forma con ella que pronto empezaron los problemas entre los dos. La primera película que hicieron fue Los Pájaros (1963) y el calvario que tuvo que pasar la rubia actriz se recuerda en la historia de Hollywood como uno de los más duros que ha pasado un actor en un rodaje.

Para empezar ella pensaba, así se lo habían dicho, que los pájaros que se utilizarían en la famosa escena en que es atacada por una manada de ellos en la buhardilla, serían mecánicos. En el último momento director y técnicos cambiaron de idea y la actriz se encontró rodeada de pájaros de verdad, muchos de ellos atados por las patas a su vestido para que no huyesen. Durante la semana, día a día, tuvo que soportar cómo la arrojaban las aves sin ningún tipo de consideración. Hitchcock la obligaba a beber martinis antes de cada toma para que no se pusiese histérica, pero pese a todo, la madre de Melanie Griffith estuvo a punto de perder el ojo izquierdo y tuvo varios colapsos nerviosos.
Pero los Pájaros fueron una bendición para ella si lo comparamos con lo que tuvo que soportar en la siguiente película que rodaron juntos, fue Marnie la ladrona (1964) y en ella Hitchcock optó por sustituir a las aves y fue él quien la acosó sin piedad. La propia actriz declaró: “vigilaba hasta el mínimo movimiento de mis ojos y el giro de mi cabeza”. Él no la dejó en paz en ningún momento y la terminó acosando descaradamente, ella le rechazó y nunca más volvieron a hablarse.

SEAN YOUNG Y JAMES WOODS FUERON A LOS TRIBUNALES
Los que sí se hablaron, pero en los tribunales, fueron Sean Young y James Woods, juntos rodaron Impulso Sensual (1988) y lo que ocurrió en el plató tiene dos versiones dependiendo de si lo cuenta ella o él. Según Sean Young: “James se metió tanto en el papel que luego no supo salirse de él y terminó por creer que tenía una historia conmigo, acosándome continuamente”. Para James Woods las cosas no fueron así: “me mandaba muñecas ensangrentadas, me dejaba notas en mi casa y me amenazaba por teléfono”.
El tema es que la mujer de él se entrometió y la llevó a los tribunales con una querella de dos millones de dólares del matrimonio contra la actriz. Después Debra Winger en una gran interpretación, fue a un programa de TV y dijo que le había hecho mucho daño. al final la cosa quedó en tablas cuando se descubrió que el actor y su esposa no eran, ni mucho menos, los dos angelitos acosados que intentaban aparentar.

Y para terminar hoy con el repaso sobre los entresijos del cine, y continuando con Sean Young, también tuvo sus más y sus menos con Charlie Sheen durante le rodaje de Wall Street (1987). El hijo de Martin Sheen es para darle de comer aparte. Era un bebedor empedernido, lengua muy suelta y amigo de los burdeles, llegaba al plató donde se rodaba la cinta dirigida por Oliver Stone, borracho y medio drogado, en semejante estado no es de extrañar que se dedicase a fastidiar a Sean Young. Como ejemplo, en una ocasión le colgó, sin que se diese cuenta, un cartel en la espalda que ponía “soy la imbécil más grande del mundo”.
SHARON STONE UNA POLÉMICA QUE LE CAMBIÓ LA VIDA
Para dar cierre a este reportaje hablaremos de una película mítica me refiero a Instinto Basico (1992), de Paul Verhoeven, con Sharon Stone y Michael Douglas. Aquí el problema realmente lo tuvo la actriz con el director, que ya sabemos que viene de hacer un cine donde las cosas se hacen sin tapujos, y el sexo se ve de forma explícita. Pero el guión no detallaba por ejemplo que la escena famosa del cruce de piernas de la actriz delante de la policía en el interrogatorio se iba hacer sin llevar ella bragas.

El director la engañó diciéndole que no se vería nada, y yo me pregunto: ¿ Quién no ha parado la cinta de video para intentar ver más allá ?, en su momento no había tanta definición como hoy dia con el bluray donde si paras la imagen ves claramente que no llevaba bragas y se ve perfectamente dicha parte.
La actriz lo denunció pero no consiguió nada y después de todo salió beneficiada porque se hizo más conocida y popular y entró de lleno en el cine, porque curiosamente estuvo a punto de dejar la interpretación antes de hacer esta película.

Realmente como esta película hay muchas más donde han ocurrido cosas en los rodajes, pero no podemos seguir más porque entonces nos estaríamos aquí horas y horas. Supongo que, al fin y al cabo, si en resumidas cuentas sale una buena película, a pesar de todo el follón que su pueda montar en un momento dado durante el rodaje, bien valdrá la pena tanto sufrimiento, en pos del resultado comercial, eso siempre.
Pero la historia del cine también abarca lo que ocurre en la trastienda y meterse de vez en cuando por ella puede ser divertido para ver realmente lo que es el cine y de qué pasta están hechas las estrellas del celuloide.
Para más información puedes acceder a ella a través de este podcast del programa +QCine:
Por Javier Pérez-vico
Deja una respuesta