Wet side Story es una de las películas musicales más exitosas y ambiciosas de todos los tiempos. Hoy hablaremos de como se gestó la historia que en primera instancia pasó a ser una obra teatral estrenada en 1957 y cuatro años más tarde llegaría su versión cinematográfica, precedida de un gran éxito.
Nos encontramos en el West Side de Nueva York, un barrio marginal, se disputan la hegemonía dos bandas callejeras: los «sharks» son puertorriqueños, y los «jets», de ascendencia europea. El jefe de los primeros es Bernardo, que vive con su hermana María, la cual acaba de llegar a Nueva York. Una noche, en un baile, coinciden los dos grupos y se desencadena una violenta pelea.
La historia poco tiene que ver con lo que en un principio debía ser, excepto su idea base: un Romeo y Julieta adaptado a las circunstancias modernas de la vida en las grandes urbes. Esa idea, cuyo mérito cabe reconocer a Jerome Robbins, en realidad hay que agradecerla a Montgomery Clift, el gran actor quien en 1949 preparaba un montaje de Romeo y Julieta y se sentía perdido ante el enfoque diferente que quería dar a su personaje.
Entonces Montgomery Clift había consultado con el coreógrafo Jerome Robbins, ya por entonces un valor cotizado en el mundo del ballet, que, como amigo y persona de gran cultura, podía aclararle sus dudas. Lo que hizo Robbins fue convocar enseguida a Leonard Bernstein, el gran compositor, para una urgente reunión de trabajo, y proponerle la idea de trasformar la tragedia de Shakespeare en un musical ambientado en los años 40.
A Leonard Bernstein la idea le pareció buena sobre todo cuando Jerome Robbins le habló de unos Capuleto judíos enfrentados a unos Montesco de religión católica, mientras que Fray Lorenzo sería el boticario de la esquina de su calle, por las posibilidades que estas características étnicas iban a brindar a su música.
Ambos llegaron a la conclusión que la primera gestión imprescindible era convencer a un dramaturgo para que les sirviera un texto manejable, a Leornard Bernstein musicalmente y a Robbins para las arriesgadas ideas de coreografía que ya bullían en su cabeza.

Ambos conocían a Arthur Laurents, el autor de Home of the Brave, una pieza de impacto donde el tema racial tenía un papel prioritario, y le propusieron el desarrollo de su idea. Desde entonces Laurents dejaría de ser un colaborador contratado, para convertirse en uno más de los impulsores del proyecto, incluso quien lo sacaría a flote en los momentos más difíciles.
UN HECHO REAL IMPULSÓ LA ESCRITURA DE LA OBRA
Pasaron seis años cuando Arthur Laurents y Leonard Bernstein tomaban el sol en la piscina y leyeron las últimas noticias sobre una oleada de enfrentamientos entre bandas portorriqueñas y blancas en Nueva York. Rápidamente se les encendío una luz y coincidieron en que ante la rabiosa actualidad de tal ola de xenofobia, las diferencias entre judíos y cristianos empalidecían hasta desaparecer.
Para el compositor además, la posibilidad de trabajar sobre ritmos latinoamericanos le resultaba doblemente sugestiva, le convenía a su sentido innato de la orquestación con instrumentos tropicales. Ambos convencieron fácilmente a Jerome Robbins, que se lanzó a una serie de investigaciones personales en los bajos fondos de Manhattan, los billares, los salones de baile, donde los Dragons y los Viceroys, que fue cambiado en la obra por el nombre de los nombres que conocemos hoy día, los Sharks y los Jets, estaban en lucha constante.

El paso de los años fue debido al trabajo que tenían todos ellos por separado. Y a pesar de esta idea brillante que les fue confirmada con la actualidad de aquellas bandas, cada uno de ellos empleó la mayor parte del otoño de 1955 en la futura película, algo se empezaba a cocinar y ese germen tenía una buena base.
Arthur Laurents estuvo perfeccionando el guión, Leonard Bernstein con un nuevo colaborador, Stephen Sondheim, que debía solucionarle el problema de las letras de las canciones. Ambos trabajaron a un ritmo frenético, en el estudio del primero en Nueva York. Tres de las canciones fueron concluidas enseguida, estas fueron: «Cool», «María» y una tercera que nunca llegaría a utilizar, «Mix», que debía ocupar lo que actualmente es el «Prologo» de la obra y que Bernstein había concebido como una lucha tan brutal y sangrienta que Leonard Robbins y Laurents terminarían rechazándola.
Sería dos años más tarde el 17 de marzo de 1957 cuando se volverían a reunir en Nueva York, con la intención explícita de no separarse hasta que la obra estuviera acabada. De los títulos posibles que habían planteado para la misma eran: East Side Story, otro nombre fue Kid with Matches, incluso se plantearon títulos como Gangway o Shut up and Dance y West Side Story, este último fue el seleccionado. Esta claro que pasado el tiempo este título es fantástico y no nos imaginamos otro.

EN MAYO DE 1957 SE PRESENTA EL PRIMER BORRADOR
En ese periodo el compositor y Jerome Robbins intercambiaron sus ideas intentando que música y coreografía nacieran con un mismo concepto, y trabajaron intensamente en equipo para conseguirlo. El compositor al piano y el arreglista de las canciones bailando en la habitación, marcando las pautas simultáneas y anotando escrupulosamente todos los hallazgos en forma de un guión exhaustivo para músicos y bailarines.
Y en el mes de mayo dieron la primera lectura pública de la obra teatral ante el grupo de financieros de quienes dependía su estreno. Jerome Robbins tuvo que defender apasionadamente su teoría de que el ballet participa en la acción dramática. La coreografía debía aportar información indispensable sobre los personajes, hacerlos vivir a su manera, aunque en la mayoría de los números el bailarín estrella sólo fuera uno más del conjunto, sin más ocasiones que las mínimas para destacar al frente de los demás.
El proyecto fue aprobado y entonces ya se empezó con el montaje definitivo. Cuarenta bailarines nuevos y fácilmente manejables por Jerome Robbins, que así no debía borrar de su actuación los hábitos del Broadway de la época, ensayaron durante los dos meses siguientes, mientras Irene Sharaff y Oliver Smith solucionaban los bocetos del vestuario y decorados, respectivamente.

Hasta el último momento el compositor tuvo que modificar pasajes de la música para que el precioso trabajo que había realizado con Robbins no se desvirtuara en la garganta de sus cantantes. Y por fin tuvo lugar el estreno en aquella noche del 20 de agosto de 1957 en Washington y la posterior del 26 de septiembre en Wintergarten de Nueva York, donde West Side Story iba a cerrar una puerta caduca del espectáculo, siendo elevada por la crítica y el público a un nivel de prestigio que llegó hasta el último rincón de la tierra.

WEST SIDE STORY: LA HISTORIA
Empezamos con la historia de West Side Story. Estamos en West Side de Manhattan donde las pandillas de los Jets dirigidos por Riff y de los portorriqueños Sharks, cuyo lider es Bernardo, suelen enfrentarse a muerte en las calles.
Los jets han decidido provocar un desafío definitivo, para lo cual Riff solicita ayuda de su antiguo líder ahora retirado, Tony, que sólo acepta acompañarles al baile del Gimnasio.
En dicho baile también acude María, la hermana de Bernardo, que está destinada a ser la esposa de Chino, y ella espera ir allí y descubrir algo grande en esa cita tan importante para ella. Es allí donde Tony y María se conocen y se enamoran bailando. Pero este encuentro provoca que Riff y Bernardo se desafíen.
Mientras los Sharks bailan en la azotea, discutiendo su futuro en los Estados Unidos, María y tony se declaran su amor en la escalera de incendios de casa de la primera. al día siguiente Tony consigue que la pelea sea sólo a puñetazos y acude a la tienda donde trabaja la muchacha para contárselo. Solos en la tienda, simulan el día de su boda, pero Anita, la novia de Bernardo, ha descubierto su secreto.

La pelea es en un solar debajo del puente de la autopista. Pese a los esfuerzos de Tony para que no se produzca, salen a relucir las navajas y Bernardo mata a Riff, por lo cual Tony no se contiene y a su vez apuñala a Bernardo. Luego corre a casa de María, que le perdona.
Los Jets han descargado la tensión nerviosa bailando en el garaje y salen en busca de Tony para protegerle de los Sharks. Pese a su odio hacia Tony, Anita accede a ayudar a María y buscar a Tony para que puedan huir juntos. Pero en la tienda donde Tony trabajaba los Jets la maltratan y ella rabiosa, les miente, diciéndoles que Chino ha matado a María.
Cuando Tony se entera, se lanza a las calles para matar a Chino. María y Tony se ven en la oscuridad y, cuando van abrazarse, aparece Chino con su pistola y dispara sobre Tony, que muere en brazos de María. Las dos pandillas en silencio, recogen juntas el cadáver. Un final dramático y bello a la vez en una historia de amor que perdurará para siempre.

LA OBRA TEATRAL FUE UN ÉXITO INESPERADO
La obra teatral que se estrenó en Washington el 20 de agosto de 1957, fue una meta muy complicada, fue una elaboración larga, pero también el principio de una nueva era en el musical teatral y el inicio de una obra que desde que se estrenó hasta la fecha, nunca ha dejado de asombrar por los talentos que mantuvo en juego y los condicionamientos que tuvo que salvar para llegar a realizarse.
El triunfo de este musical que fue un gran éxito, no dependió tanto de su mayor o menor permanencia en teatro o incluso su adaptación en cines. Más bien fue a consecuencia de como este musical se arraigó en la memoria y de como los cambios extremos que se produjeron en el musical a partir de su estreno en cines, influenciaron al resto de producciones que vendrían posteriormente.
Los derechos cinematográficos de West Side Story fueron adquiridos por Walter Mirisch, una productora independiente fundada en 1957 y que gracias a éxito de The Magnificent Seven (Los 7 magníficos, 1960), de John Sturges, y de Wet Side Story, mantendría un estatus en los años 60, como una de las compañías más solventes y prometedoras de aquellos años.
La productora independiente United Artists también se alió con Walter Mirisch para la distrubución, esta compañia levantó estos dos proyectos harto complicados. Al plantearse la adaptación al cine, se pensó sabiamente que el coreógrafo debería ser Jerome Robbins, que fue el encargado de la adaptación teatral, no había ninguna duda en este punto, pero eso sí, en la realización se pensó que era necesario un director solvente y con experiencia. Entonces acudieron a Robert Wise, quien a su vez firmó como productor de la película.

Pero la versión teatral de la obra había sido una idea y una iniciativa de Jerome Robbins, que en los créditos de la misma siempre había constado como director, coreógrafo y autor de la concepción del musical, y cuando supo que para la adaptación cinematográfica sólo le reclamaban como coreógrafo, les planteó que le permitieran intervenir en la realización total de la película o de lo contrario no adaptaría su coreografía a la pantalla.
Entonces Robert Wise estuvo dispuesto en un principio a cederle la dirección del filme, pero en su función de productor del mismo no lo creyó prudente y sugirió que ambos lo co-dirigieran, sin escalafones ni condiciones especiales.

+QCINE, ALGO MÁS QUE UN PROGRAMA SOBRE EL SÉPTIMO ARTE
+QCine, presenta un nuevo programa en Radio Nova, sobre la sección CINE CON MAYÚSCULAS, donde hablaremos de la legendaria de la película Wet Side Story. Una película soberbia y una de las obras maestras indiscutibles del cine. Escucharemos todos los temas dentro de la sección, La BSO de tu vida y analizaremos toda la pelicula.
¿ Cómo escuchar y/o descárgate el programa +QCine ?. Muy sencillo. El programa estará en las plataformas el jueves 28 de mayo a partir de las 8 de la mañana. En Ivoox lo puedes descargar desde aquí. +QCine es un programa está realizado por Javier Pérez-vico y Raül Bocache que se emite normalmente en directo de 20 a 21 horas en Radio Nova. Puedes escucharlo Online en +QCine de Radio Nova(escucha aquí online). Para sugerencias y comentarios puedes hacerlos en: contacto@masqcine.com
Por Javier Pérez-vico
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